Christian Boltanski
Boltanski (París, 1944), de madre cristiana y padre judío, trabaja como profesor en la Escuela Nacional de Bellas Artes. La persecución de su padre y la memoria del holocausto le confrontan tempranamente con la noción de la muerte, la desaparición y el olvido. En los años 60 abandona la pintura y comienza a acumular objetos personales y anónimos, postales y fotografías para crear libros de artista, series gráficas y documentaciones. Al principio, sus trabajos tienen carácter íntimo y autorreferencial y manifiestan el deseo de permanencia ante el acecho de la muerte, de dejar huellas de la propia existencia. Más tarde, esta postura se extiende del destino personal al anónimo y colectivo. Con objetos perdidos o abandonados con retratos y otros elementos que remiten a sus desconocidos propietarios, crea Boltanski instalaciones y escenografías que expresan la ausencia e invitan al público a reconstruir el pasado para preservar la memoria. En su impresionante obra la fotografía es un elemento fundamental, como se manifestó abrumadoramente en la Documenta VIII de Kassel, donde el artista expuso todas las fotografías utilizadas en los últimos dieciocho años.